jueves, 17 de mayo de 2018

POR QUÉ DEJAMOS DE BUSCAR EL SANTO GRIAL

Ciencia Histórica
Jesús García Barcala 

Por qué dejamos de buscar el Santo Grial.
Los cruzados lo buscaron, los templarios decían protegerlo. Robert Langdon, el ficticio protagonista del también ficticio Código Da Vinci supuestamente lo encontró. Siglos de búsqueda no dieron con el Santo Grial. Ya sólo lo buscan los amigos de los que aseguran que la Atlántida existió.
¿Y por qué ya no lo buscamos? Pues, más que nada, porque ningún historiador serio cree que haya existido. Al igual que la isla hundida de Platón, el Santo Grial parece ser no más que un elemento inventado por un escritor. Eso sí, un elemento de ficción que tomó vida propia.
Presuntamente, el Santo Grial es la copa o cáliz de la que Jesucristo bebió vino en la última cena, y con la que José de Arimatea recolectó la sangre de Jesús en la cruz. Revelador es el hecho de que la Biblia no lo menciona tras los días de cárcel de José, donde supuestamente se alimentó que manaba del Santo Grial.
El Santo Grial se convirtió en la Edad Media en el objeto más buscado. Muchos le otorgaron supuestos poderes curativos y sagrados. En la tercera entrega de Indiana Jones, el Santo Grial ofrece la vida eterna.
No obstante, la leyenda del Santo Grial se basa en una novela, un trabajo de ficción que funge como punto de partida para todo lo que se ha escrito después sobre el tema. No hay absolutamente ninguna prueba de que el cáliz, si existió, haya sobrevivido o que alguien lo hubiese guardado.
El Santo Grial, según Mothy Python
Tabla de Contenidos
1 El origen de la leyenda del Santo Grial
1.1 La búsqueda del Santo Grial
1.2 El romanticismo
1.3 Siglo XX
2 Entonces, ¿existió el Santo Grial?

El origen de la leyenda del Santo Grial
La primera instancia conocida que menciona un “grial”, del latín gradalis, una especie de copa o plato, es en “Percival y el Cuento del Grial”, de Chretien de Troyes. Este cuenta historias de la corte de Felipe de Alsacia, narra la vida de un joven, Percival, que se convierte en Caballero de la Mesa redonda.
Precisamente la leyenda de Camelot y el rey Arturo es uno de los temas favoritos de Chretien de Troyes. El grial aparece en la novela de Percival cuando este encuentra a una joven que tiene un recipiente con poderes curativos. Sin embargo, el grial aún no era “santo”.
El grial adquiere su apelativo sagrado en otro trabajo de ficción, “José de Arimatea”, de Robert de Boron, un poeta francés del siglo XII. Boron también es el autor de Merlín. Según la novela, quien fuera uno de los amigos de Jesús lleva el cáliz a Inglaterra.
¿Pruebas de ello? Absolutamente ninguna. ¿Por qué? Porque estamos hablando de trabajos de ficción, cuentos inventados, probablemente basados en la tradición oral. Pero repito, no hay ninguna evidencia de que dicha leyenda sea cierta.
Posteriormente, el Santo Grial se pierde, aparentemente ocultado por José de Arimatea por culpa del paganismo inglés, y custodiado por su familia. Entonces empieza la búsqueda.
La búsqueda del Santo Grial
A partir de los cuentos de de Troyes y Boron, muchos escritores continuaron y aumentaron la leyenda del Santo Grial. Como suele suceder, cada uno añadía elementos adicionales, hasta que el grial se convirtió en objeto de culto.
Sir Lancelot
Pero en una época, la Edad Media, en la que la mayor parte de la comunicación en Europa era oral, ya sabemos el resultado. El cuento va creciendo y extendiéndose, hasta que algunos creen que es real.
Siguiendo la tradición de Sir Lancelot, Sir Galahad y demás Caballeros de la Mesa Redonda, muchos cruzados se pusieron como meta encontrar el Santo Grial aparentemente ya en Tierra Santa.
También según la literatura, los Templarios lo rescataron y lo pusieron a salvo de los saqueadores. No hay ninguna prueba de ello, sólo un montón de novelas de éxito.
El romanticismo
Después de ser olvidado al final de la Edad Media, el mito del Santo Grial revivió en el arte del siglo XIX. Alfred Tennyson, el poeta inglés, retomó el tema del mito arturiano y el Santo Grial en
La Dama con el Santo Grial, de Donizetti
su “Idilios del Rey”: El también británico, y escritor esotérico, Hargrave Jennings lo incluye en “Los Rosacruces: sus mitos y misterios.”
En 1882, Richard Wagner lleva la leyenda de Percival a la ópera, y el pintor Dante Gabriel Donizetti le dedica una de sus obras más emblemáticas, La Dama del Santo Grial. Para entonces, el Santo Grial se equipara ya con los genitales femeninos, con eso de que en algunas historias, el Santo Grial sangra periódicamente.
Siglo XX
Respecto a este tema, en 1982, tres autores publicaron un libro llamado The Holy Blood and the Holy Grail (La Sangre Real y el Santo Grial, publicado en España como “El Enigma Sagrado”).
En él, Michael Baigent, Richard Leigh and Henry Lincoln hipotetizan sobre la posibilidad de que Jesucristo sobreviviera el calvario y se casara con María Magdalena, Presuntamente, los descendientes de la pareja se mudarían al sur de Francia, donde fundarían la dinastía merovingia.
Aunque el libro se presentó como un libro de no-ficción, ningún historiador se lo tomó en serio. Es simplemente una colección de leyendas, rumores y medias-verdades que intentan aparecer como pruebas. No obstante, hay gente que se lo creyó. De hecho, el célebre bestseller de Dan Brown, se basa en dicha hipótesis.
Relacionado: La invención del Camino de Santiago.
Entonces, ¿existió el Santo Grial?
No tenemos la menor idea, pero todo apunta a que es un mito. Es posible que Jesús bebiera el vino, y es posible que fuese en una copa. También es posible que José de Arimatea lo haya guardado. El resto no tiene ninguna base histórica.
No hay pruebas de que hubiese salido de Judea, no hay evidencia de que hubiese llegado a Inglaterra. Tampoco se puede probar que los Templarios lo guardaran. No podemos ni siquiera probar que los Caballeros de la Mesa redonda hayan existido.
Eso no quita que no sea una gran historia. Tiene de todo, religión, poder, misterio, caballeros y damas. Lástima que no podamos probar nada de ello. Por ello, hemos dejado de buscarlo. Quizá sea mejor así. Si se encontrara el Santo Grial, perdería ese halo que lo convierte en una pieza tan preciada.
Mejor no lo busquemos, que siga siendo una leyenda, que sigan escribiendo libros sobre él y haciendo películas. Precisamente hace unos días vi Indiana Jones y la Última Cruzada, donde el arqueólogo del látigo encuentra, y luego pierde, el Santo Grial.
Esas dos horas de entretenimiento, más todas las que pasé de niño leyendo sobre el rey Arturo, justifican, para mí, la leyenda del Santo Grial. El resto, da igual.

ADMA