martes, 9 de enero de 2018

LA ORDEN Y LA CREACIÓN DE LOS PRIMEROS SERVICIOS BANCARIOS

Su escudo representa dos caballeros a lomo del mismo caballo, como símbolo de pobreza, y en el imaginario colectivo la Orden del Temple la constituían unos formidables guerreros-monjes que hacían y deshacían a su antojo durante la Edad Media. Hoy quiero ir algo más allá de la típica historia de los monjes que con sus espadas defendían a los peregrinos que iban a Tierra Santa y profundizar en su faceta de banqueros.
El origen de los templarios lo tenemos hacia 1118 o 1119 cuando Hugo de Payns se ofrece al rey Balduino II de Jerusalén para defender a los caballeros que volvían a Europa procedentes de la Primera Cruzada. La del Temple no era la única orden destinada a este fin, pero sí fue la orden que tuvo más éxito con el correr de los años, y durante dos siglos acapararon bastante poder.
Los monjes templarios se distinguían por su piedad, por su honestidad y por su valor, y muy pronto crecieron las vocaciones, lo que provocó el ingreso de numerosos aristócratas en sus filas. También creció su fama de honestidad y eficiencia, lo que hizo que muchos nobles les dejaran herencias y depósitos financieros para que los custodiaran y gestionaran.
El dinero que ganaban los templarios lo empleaban en defender y ayudar a los peregrinos a Tierra Santa, que al volver a sus casas quedaban tan agradecidos que a su vez donaban dinero y tierras a la orden, que acumuló grandes riquezas muy rápidamente, pese a que tenían voto de pobreza. La explicación a esto está en que no aspiraban a la pobreza material, sino a ser “pobres en Cristo”, o sea enfocar toda su vida al cristianismo. De hecho, la finalidad última de la orden era acumular dinero y tierras para poder ayudar mejor a luchar en Tierra Santa y no estaban autorizados a quedarse con nada de sus ganancias.
Este enfoque total a la defensa de los cruzados conllevaba que aquellos que se apropiaban de dinero o de objetos de la Orden sufrieran muy graves castigos. Un templario no podía poseer más de cuatro denarios y cualquier cifra de dinero que superara esta cantidad (que era bastante exigua para la época) se consideraba hurto.
Para los monjes, esta disciplina férrea acarreó una reputación de honestidad intachable y atrajo la confianza de las grandes fortunas y de los reyes de que su dinero estaba a salvo. Y si a esto le añadimos que no solo guardaban el dinero sino que conseguían aumentar el depósito gracias a inversiones, es la clave del éxito de estos caballeros-banqueros.
Las letras de cambio templarias.
Una manera de ayudar a los peregrinos y guerreros era monetariamente, claro está. Y esto no siempre se hacía gratuitamente, ya que era bastante habitual que un guerrero que partiera para Tierra Santa depositara en la encomienda templaria más cercana el dinero que pensaba que iba a necesitar para la hazaña, y de este modo se ahorraba tener que ir cargando con el oro por media Europa.
A cambio del depósito, los templarios le daban una especie de “letra de cambio” con una codificación especial que podían mostrar en otras casas de la Orden para que le fueran dando su dinero a lo largo de la ruta o al final de la misma. Cuando el cambiarius o cambista veía el documento, le daba el dinero y así no arriesgaba su fortuna en caso de robo, naufragio o pelea.
Las encomiendas templarias funcionaban como auténticos bancos que ofrecían cuentas corrientes a los clientes que tenían repartidos por todo el continente. Los reyes aprovecharon este servicio para hacer transferencias de dinero entre Francia e Inglaterra, pero también hacia Tierra Santa cuando necesitaban dinero en metálico para ayudar a las tropas.
Visto las innovaciones y siendo precursores de una economía que dedicaba sus servicios a los nobles y peregrinos que viajaban a tierra santa , debemos deducir que fueron muchas las riquezas que adquirían en estas transacciones y la utilización de las mismas para posicionar la orden dentro de los estamentos de poder económicos de la época por las innovaciones en este campo dinamizándose la economía
En mi reflexión sobre parte de estos datos que se recogen aquí , queda en mi pensamiento una pregunta que deberé tener presente y efectuar una búsqueda para averiguar en qué condiciones quedaban esos depósitos en caso de la muerte de esos peregrinos durante su trayecto m ya que debían en muchos casos cruzar media Europa y en territorios llenos de bandidos y saqueadores en tierra santa , quedaba la orden como depositaria en esos casos ??? Es de suponer que con los medios de entonces y con los riesgos de la ruta , muchos serían los queno llegasen.