sábado, 23 de diciembre de 2017

ETHERIA....LA PRIMERA PEREGRINA DE LA HISTORIA

La historia de este “Itinerarium…” es azarosa. Se conocía su existencia indirectamente por haberse conservado algún fragmento y por aparecer en algún catálogo de manuscritos de ciertas bibliotecas y monasterios. 

En 1884, un estudioso italiano llamado Gian Francesco Gamurrini encuentra en un códice del siglo XI una narración escrita en primera persona por una mujer que cuenta su viaje a Tierra Santa en época muy temprana. Lamentablemente faltaban hojas al comienzo y al final y también alguna por el medio. Gamurrini por tanto, no podía determinar la identidad de la autora. Algunos datos que se dan en el manuscrito permiten datar el viaje entre el 381 y el 384 y alusiones acerca de cómo es tratada nuestra autora, hacen pensar al italiano que podría tratarse de Silvia de Aquitania, hermana de un importante prefecto. Sin embargo, pronto otras voces señalan que la escritora sería una tal Egeria o Etheria, citada en algunas fuentes, en especial en la carta que a finales del siglo VII dirige San Valerio a sus hermanos, monjes de El Bierzo, elogiando la virtud y el arrojo de Egeria, a la que llama “beatísima” y de la que dice que fue conocida en todo el Oriente por sus viajes.

Pero, ¿quién era Etheria? ¿Fue realmente una monja? Tenemos pocos datos. Parece que era oriunda de la Gallaecia, posiblemente de algún lugar situado en lo que hoy es la comarca de El Bierzo. En cuanto a la grafía de su nombre, nos encontramos con Egeria (el más utilizado por los eruditos), Eiheria, Echeria, Heteria y Etheria. Y no, no era monja, aunque sí una mujer rica, la confusión parece que deriva del hecho de que Egeria se dirige a ciertas “dominae et sorores” lo que hizo que algunos pensaran erróneamente que podría ser una abadesa que escribía a sus hermanas relatándoles sus visitas. Pero estamos hablando del siglo IV y entonces la figura de la “monja” no existía como tal. Dice Carlos Pascual [1] en un interesante artículo titulado la “Egeria, la Dama Peregrina” que:
“La interpelación a unas dominae et sorores habría que traducirla, para ser fiel al espíritu de la letra, como respetables amigas, o incluso queridas amigas” .
También señala cómo en esa época, sobre todo por la influencia de Santa Helena, la madre del emperador Constantino, se produce una peregrinación masiva de mujeres a Tierra Santa.

El texto de Egeria es valiosísimo para la filología, para la arqueología, para los estudiosos de liturgia… pero también puede ser leído como un ameno libro de viajes que recoge anécdotas y hechos curiosos. Así, nos habla de las “eulogias”, unas manzanas que cultivan los monjes de la zona o nos narra cómo el “leño santo” (un supuesto trozo de la Santa Cruz) se daba a besar a los fieles el Viernes Santo bajo estrecha vigilancia, desde que una vez algún devoto en exceso diera una dentellada al madero y se llevara un pedacito.

La figura de Egeria continúa vigente en la actualidad; en el año 1984, se emitió un sello dedicado al XVI centenario del viaje de la monja Etheria al Oriente bíblico creado por Mariano Salamanca Castejón. Existe un “Proyecto Egeria” que se inició en el 2005 en Alemania con el objetivo de emular los viajes de nuestra autora. También en el municipio de Villaquilambre funciona desde el 2007 una “Escuela de Formación de mujeres Egeria” en el marco del Centro de Información y Asesoramiento a la Mujer e Igualdad (CIAMI). La responsable, Carmen Fernández Llamazares, nos ha contado que eligieron el nombre tras leer un artículo en el Diario de León; querían homenajear a esa significativa mujer leonesa un tanto olvidada. La Escuela se dirige a las mujeres del municipio y es un lugar de encuentro en el que se trata todo tipo de temas relacionados con la cultura general y se realizan visitas y otras actividades.
Lo maravilloso de todo esto es imaginar a esta mujer escribiendo sus epístolas, resumiendo sus andanzas y sus impresiones. La veo bajo la luz de una lámpara de aceite sonriendo mientras piensa en los rostros de sus “dominae et sorores” al saber de sus peripecias…
Nanda Heyland