lunes, 16 de octubre de 2017

TACUINUM SANITATIS

Los Tacuinum Sanitatis fueron en el Medievo el equivalente a la enciclopedia médica que durante años ocupó gran parte de las estanterías en el salón de la vivienda familiar: un compendio de consejos médicos de andar por casa, capaces de aliviar algunos de los males cotidianos que aquejan a la especie humana.

Son unos códices ilustrados que se realizaron en la Italia del norte a finales de la Edad Media y que recogen algunas nociones sobre salud, dietética y vida cotidiana. Los textos basan sus recomendaciones en las Tablas de la Salud, obra escrita en el siglo XI por el médico Ibn Burlan, y de cuyo nombre árabe –Taqwin, tabla- deriva el término Tacuinum

Los Tacuinum –se conservan cinco: el de Lieja, París, Viena, Sanitatis o Casanatense de Roma y de Rouen- son importantes y valiosos por las preciosas miniaturas que ilustran las advertencias médicas y porque son documentos excepcionales que recopilan actividades cotidianas de la vida medieval.

Una de sus particularidades consiste en que las sugerencias para la conservación de la salud se basan en pautas más cercanas a la ciencia médica que al sentido religioso y fatalista de la enfermedad. Los Tacuinum tienen el objetivo de sanar pues la curación de los trastornos del cuerpo no se considera indiscutiblemente de incumbencia divina.

Los Tacuinium se estructuran en torno a los seis elementos galénicos imprescindibles para conservar la salud: el clima, la comida y la bebida, el movimiento y el reposo, el sueño y la vigilia, la retención y la expulsión de humores y los estados anímicos básicos. Recogen, además, un delicioso y pormenorizado catálogo de plantas, frutos, bebidas, cambios meteorológicos y usos cotidianos cuyo uso correcto es garantía de conservación de la salud.

Son también las revistas de la época medieval, las páginas de papel couché que “fotografían” las vestimentas, costumbres y ocio de la nobleza de la época tardomedieval.

Los códices aluden a los beneficios y contraindicaciones de ciertas hierbas en el cuerpo humano: el hinojo es bueno para la vista y la fiebre prolongada, la ruda disipa la flatulencia o la cebolla,  diurética, ablanda el carácter, facilita el coito y aguza la vista. Pocos productos en capas son tan completos.

Tomen nota de los efectos perjudiciales de ciertos elementos  comunes: el viento del este es nocivo para las enfermedades de los ojos y del corazón, cuyo remedio es el agua de río (no se especifica si bebida o en baño) y abusar de la lechuga resulta perjudicial para las relaciones sexuales y para la vista, aunque sus efectos pueden neutralizarse con apio. 

Para terminar estos consejos un poco rudimentarios, he de comentarles que el Tacuinum recomienda comer ojos de animales para aumentar la cantidad de esperma. Cada uno con sus cosas aunque yo no les recomiendo ninguna más que dedicarle un par de minutos de su tiempo a este video que recoge algunas de las láminas más interesantes de estos códices medievales.