jueves, 19 de octubre de 2017

SIMBOLISMO DEL NÚMERO 8


En la antigüedad el número 8 se consideraba "la meta deseada". En su camino hacia la salvación el alma tenía que atravesar los 7 cielos donde estaban cada uno de los 7 planetas. Al final del viaje el alma llegaba a la octava esfera que estaba formado por todas las estrellas inmóviles. La octava esfera era donde vivían los dioses.
Representa el enlace entre el cuadrado y la curvatura de la esfera. Es sabido que en las ciencias sagradas aplicadas al arte, el cuadrado estaba relacionado con la tierra por sus cuatro elementos, o sus cuatro puntos cardinales; por eso, casi siempre se utilizaba en el románico o en el gótico como base de la columna que se unía al arco o al círculo situado en lo más alto del templo o del edificio.
La forma circular, por su perfección, sin aristas, y al mismo tiempo por su sentido de la globalidad que todo lo abarca, se refería al cielo, a la realidad divina, o a la materia primordial del Universo. El octógono era así, "la unión entre el Cielo y la Tierra", permitiendo - como en el caso de la columna - el tránsito de espíritus, ángeles y hombres de un lado al otro, en una suerte de Cosmos no quebrado. Uno de los aspectos que más sorprende en el misterio de la orden templaria es la presencia de la figura octogonal en todas sus construcciones.
Ermitas, iglesias y castillos repiten por toda Europa y en el Oriente cercano, no por casualidad, este elemento ornamental. La cruz que portaban los caballeros tenía también mucho que ver con esta figura geométrica. La estrella de Navidad que anunciaba el nacimiento de una nueva era en la historia del hombre, tenía forma octogonal. Los sobrevivientes del Arca de Noé fueron 8 seres humanos y fueron los encargados de iniciar un nuevo comienzo. Un gran número de pilas bautismales tienen forma octagonal, es el lugar donde los cristianos inician un nuevo camino hacia la vida eterna.
El 8 representa la transcisión entre la tierra y el cielo. La corona real con forma octogonal es un buen ejemplo de ello. El emperador o rey que porta la corona octogonal actúa de interlocutor entre Dios y el pueblo. En la cultura nórdica en contramos a Odín, el dios padre. Para viajar entre el cielo y la tierra, Odín utilizaba un caballo con una caracteristica muy interesante: tenía 8 patas.
Para Pitágoras el 8 significaba el número de la justicia porque siempre se podía dividir en dos partes iguales. Por esta razón en el tarot la carta numero 8 era la de La Justicia. Pero durante la primera década del siglo 20, decidieron pasar a La Justicia a la carta 11. Es la fuerza que lo esta llevando hacia el número 9, el punto de inflexión desde donde todo regresara a sus origenes.
En china, el número 8 es el número de la suerte por excelencia. La perfección en la forma del número 8 gracias a su perfecta simetría. Puedes cortarlo de manera vertical u horizontal y al reflejarlo en un espejo volverá a su forma original. Esta perfección simétrica lleva al número 8 a estar en un perfecto equilibrio, que es la situación ideal según la astrología china. (Por tal motivo el Pa/kua - Ba/Gua tienen forma octogonal).
El número 8 escrito en horizontal representa al infinito. Todos los años a mediados de noviembre (1°, día de "San Martin de Tours") y el dos de enero, fiesta de "La Candelaria", en la Catedral de Palma de Mayorca, antes de las 8 de la mañana, si el tiempo lo permite, el sol penetra durante unos segundos a través de los 1236 cristales del rosetón, y proyecta en el interior de la fachada principal otro colorido rosetón artificial, ofreciendo así un efímero espectáculo a los ojos y sentidos humanos. Y dibujando un número 8 de luz.
El número 8 significa la unión de dos mundos para buscar el equilibrio entre ellos: El mundo material (abajo) y el mundo espiritual (arriba). Su significado puede ser que en esos dos dias, especialmente, se unen el cielo y la tierra, como si el cielo se hubiese abierto para recibir al hombre que se eleva a Dios por la oración y la superación de su materialidad.
El número 8 al ser inicio de un nuevo ciclo, representa el renacimiento, la renovación, el impulso creador y, en clave evangélica, la Resurrección. Por esto mismo suelen ser ocho las figuras de almas reencarnadas ante el Juicio Final.
Es también símbolo de justicia reparadora, en alusión a la octava bienaventuranza: «Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque de ellos será el reino de los cielos»