sábado, 23 de septiembre de 2017

SIR STEVEN RUNCIMAN

Para acercarnos a la Historia Medieval en general ( y a las Cruzadas en particular) desde la perspectiva occidental, hay algunos historiadores que no se pueden obviar.
Traigo aquí a uno de ellos, considerado por muchos, hasta que murió en el 2000, como el mejor medievalista del siglo XX y el mayor experto en Bizancio: Sir Steven Runciman.
James Cochran Stevenson Runciman nació el 7 de julio de 1903. Era el segundo hijo de Walter Runciman (1er vizconde Runciman de Doxford) y de Hilda Runciman (Vizcondesa Runciman de Doxford), ambos parlamentarios por el Partido Liberal. Murió a los 97 años con el cambio de siglo, en el 2000.
Cuentan que ya a los seis años leía el latín, y el griego a los siete. Además, dominó el árabe, turco, persa, hebreo, siríaco, armenio, ruso, georgiano, búlgaro… Conocimientos que le ayudaron para poder consultar variadas y desconocidas fuentes para sus investigaciones.
Ingresar en 1921 en el Trinity College de Cambridge, sin duda “imprime carácter”. La sociedad inglesa, recién salida de la primera Gran Guerra, aunque con varios frentes abiertos en sus colonias e Irlanda (cuya independencia está al caer), sigue siendo la cabeza de un Imperio vivo, con sus luces y sombras, hacia el que mira Occidente.
Contemporáneo y amigo de George Orwell, estudió con J. B. Bury (que se convertirá en otro de los grandes expertos en Bizancio), y tuvo como profesor a Aldoux Huxley.
Viajero impenitente, gracias a la herencia de su abuelo ( Walter Runciman, 1er barón Runciman, magnate naviero), comienza a viajar ampliamente. Profesor de Arte Bizantino e Historia en la Universidad de Estambul, es en esa época cuando se comienza a generar una de sus obras imprescindibles, la HISTORIA DE LAS CRUZADAS.
Publicada en 3 volúmenes (1951, 1952 y 1954), es una referencia fundamental a la hora de acercarse a este periodo histórico.
Hay otras dos obras suyas que me gustaría recomendar encarecidamente: La caída de Constantinopla (1453), publicada en 1965, y Las Vísperas sicilianas (1958). La obra de Runciman, que no se limita ni mucho menos a estas tres obras, gira básicamente en torno a Bizancio y sus vecinos medievales (Sicilia y Siria).
La caída de Constantinopla (editada en España por Reino de Redonda, con un magnífico prólogo de Antony Beevor y un soberbio epílogo de Javier Marías), tal vez sea su obra más personal:
“De pronto se oyó un estruendo horripilante. A todo lo largo de sus murallas los turcos se habían lanzado al asalto entre gritos de guerra, mientras tambores, trompetas y pífanos los animaban a la lucha…” (La caída de Constantinopla).
Sir Steven, gentleman británico, hombre viajero, presunto espía en Bulgaria (aunque siempre negado por él), tiene algo de leyenda contemporánea. Persona culta, excelente conversador y sin duda algo cascarrabias y muy bromista, según contaban, nos transporta en sus obras con una narrativa atractiva a momentos claves en la historia medieval, de una manera fresca que te atrapa casi desde el primer momento. Su obra emociona, te transporta y te mantiene pendiente de acontecimientos sucedidos muchos siglos atrás, pero que cambiaron definitivamente la historia del mundo, contados muchas veces de forma casi periodística, como si estuvieras viviendo tales acontecimientos. Su obra consigue absorber al lector hasta la última página.
Es de esos autores que te dejan con ganas de más, de mucho más…