martes, 19 de septiembre de 2017

EL ORIGEN DE LA "VERA CRUZ"


El hallazgo de la «Vera Cruz», o la cruz en la que fue ejecutado Cristo (para aquellos que anden escasos de latín), hay que buscarlo en el siglo IV (más concretamente, en el 335). Fue entonces cuando esta reliquia fue encontrada por la emperatriz Helena, más conocida por ser la madre de Constantino I el Grande (el mismo que autorizó el culto al cristianismo en Roma tras una larga división de opiniones).
La historia (que navega entre la verdad y la leyenda) fue recopilada por el obispo del siglo XIII Jacopo della Voragine. Este era partidario de que la mujer removió la ciudad de Jerusalén hasta dar con el extraviado objeto. Una santa madera cuyo paradero -según se decía- era conocido desde hacía siglos por algunos sacerdotes de la región. «Helena, junto con Macario, obispo de Jerusalén, había amenazado a los rabinos de la ciudad con quemarlos vivos si no desvelaban el paradero de la
Fuera bajo amenaza de ser pasados a la brasa, o por cualquier otra causa, la leyenda cuenta que los religiosos terminaron aceptando y cantaron como pajarillos cuando Helena les preguntó por el lugar exacto en el que se encontraba la «Vera Cruz».
Posteriormente, y sabiendo donde diantres estaba escondida, ya solo hubo que sacar paladas y paladas de tierra para que la reliquia volviese a ver la luz del sol. Así lo afirma donde explica que lo primero que hizo después de que le informaran de que estaba bajo un lugar de culto fue «ordenar derribar los templos paganos de la ciudad de Jerusalén para descubrirla».
Al final, tuvo suerte. O a medias. Y es que, bajo un templo dedicado a Venus, Helena halló tres cruces. ¿Cuál era la de Jesús? La leyenda dice que la respuesta llegó de parte de las gélidas manos de un cadáver. «Se cuenta que pasó al poco tiempo por allí un cortejo fúnebre con el cadáver de un joven e hicieron que lo bajaran y lo depositaran sobre una de las cruces. Al colocarlo sobre las dos primeras no pasó nada, pero cuando lo pusieron sobre la tercera el difunto resucitó», determina. Esta es una de las teorías, pues otros afirman que lo que verdaderamente sucedió fue que una mujer agonizante tocó la madera y quedó sanada inmediatamente.
DONDE ESTÁ LA AUTÉNTICA " VERA CRUZ"
«Saladino se apropió de la reliquia y la cristiandad quedó convencida de que la Vera Cruz se había perdido para siempre en los campos de Hattin», se añade en la obra. A partir de aquí comienzan las elucubraciones. La historia nos dice que Saladino se llevó consigo la «Vera Cruz» y jamás la devolvió. La reliquia, por lo tanto, se habría perdido para siempre. Todo ello, a pesar de que el rey inglés Ricardo Corazón de León solicitó al musulmán durante la Tercera Cruzada que se la devolviese en multitud de ocasiones. Pero nada de nada. No aceptó ni entregarla como pago de soldados árabes capturados, ni como trueque para recuperar ciudades. La joya se quedó -oficialmente y para siempre- en manos de los terribles «infieles».
Sin embargo, existen multitud de leyendas sobre su «verdadero» paradero. La más famosa viene recogida en el libro «La maldición de los santos templarios» y afirma que, poco antes de ser derrotado, un caballero templario decidió enterrar la «Vera Cruz» para evitar que acabase en manos enemigas.
Otro de las elucubraciones dice que los templarios, lejos de esconderla, la redujeron a cenizas con fuego para evitar que Saladino se hiciese con ella. Finalmente, las teorías más cercanas a la realidad son las que determinan que los musulmanes se llevaron su preciado botín a Egipto, y allí permanece. Con todo, poco se sabe de aquel pedazo de la «Vera Cruz» que ofreció consuelo a los últimos cruzados que lucharon en Hattin. Además, no son pocos los investigadores que declaran que es más que improbable que la reliquia que se portaba aquel día fuera un pedazo real de la cruz de Cristo, pues tras su presunto hallazgo (también discutido) se repartieron muchos falsos trozos por medio mundo.
LA IMPORTANCIA RELIGIOSA DE LAS RELIQUIAS SAGRADAS
TAN IMPORTANTE PARA LAS DOS POR IGUAL .
UNOS POR SUBYUGAR A LOS OTROS ARREBATÁNDOSELA
Y LOS QUE LA UTILIZAN EN NOMBRE DE SU DIOS PARA LA FE DE SUS CREYENTES