martes, 3 de abril de 2018

LOS TEMPLARIOS Y LAS DIVERSAS ORDENES DE CABALLERÍA ESPIRITUAL


La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo o sencillamente la Orden del Temple, son unos de los tantos nombres que definen sin lugar a dudas, a la orden de Caballería Espiritual más importante y trascendental de toda la historia de la humanidad en Occidente. Los caballeros templarios representaron un vehículo y un “soporte” de comunicación, con las vías de misterios existentes en el Occidente en su época con el polo espiritual, el eje del mundo del aquel entonces. Hablamos de la conexión que garantizaron los templarios con la Influencia Espiritual de la cual era detentadora Tierra Santa, porque fue en la Jerusalén de su época, en donde confluyeron las tres grandes tradiciones monoteístas y que resultaron de la síntesis de Abraham.
René Guenon nos refiere una idea de lo señalado: “Si tal fue el carácter de los Templarios, para desempeñar el papel que les estaba asignado, y que concernía a una determinada tradición, la de Occidente, debían permanecer vinculados exteriormente con la forma de esta tradición; pero, a la vez, la conciencia interior de la verdadera unidad doctrinal debía hacerlos capaces de comunicar con los representantes de las otras tradiciones: esto explica sus relaciones con ciertas organizaciones orientales, y sobre todo, como es natural, con aquellas que en otras partes desempeñaban un papel similar al de ellos”.
Fundada por nueve (9) nobles venidos de Europa, a la cabeza de Huges de Payens y de Godofredo de Saint-Audemar; nació en el año 1.118 en Palestina, nueve (9) años después de la llegada de los “cruzados” a Tierra Santa y fue aprobada en el Concilio de Troyes en 1.127 de nuestra era, después de que su mentor y vinculador a los misterios de la Tradición Celta, Bernardo de Claraval, diera lectura a su “Laudo Novoe Milicia”. La Orden del Temple mantuvo una estrecha relación con las más diversas vías interiores de la religión del Islam. Contacto que los llevo a descubrir otra forma de entendimiento sobre la tradición en el Oriente próximo y con doctrinas nutridas por el Al-Tassawuf. Nos referimos a la comunicación mantenida por los caballeros templarios con la vía de la Gnosis de Ismael que bien identifica en substancia y en esencia al siempre rico simbolismo de la Futuwwa espiritual.

Es así como el caballero espiritual de la Orden Templaria, abre su compás de comprehensión y obtiene un desarrollo mucho más profundo sobre su estado de consciencia referente a lo absoluto que comprendía el estudio de la Vía del Cristo, la Gnosis Hebrea y la Gnosis del Islam, en el aspecto más íntimo e interno de cada una de sus vías exteriores: cristianismo, judaísmo e islamismo. Nivel del conocimiento adquirido que más adelante les llevará a entender el sentido de la Caballería Espiritual en el extremo oriente y que comunicarían al acervo cultural occidental para siempre; marcando un antes y un después de la Orden del Temple; en donde la Caballería Espiritual sería una sola y las diferencias, quedarían en simples contingencias que permitirían al hombre de cualquier situación geografía, poder abordar el basto y rico conocimiento simbólico de la cual son y serán siempre herederas.
Sobre la filiación Templaria, el maestro Joël Pozarnik nos ilustra: “Nos comenta nuestro Maestro Fermín Vale Amesti que para poder fundarse una Orden, ésta necesita la “consagración” por parte de un Personaje cualificado, consagrado por Transmisión de Poderes de Los Apóstoles o de los Profetas. Hugo de Payens y Godofredo de Saint Omer la recibieron del Patriarca Theocletes, descendiente de San Juan Evangelista. Eso nos confirma el carácter eminentemente iniciático de la Orden del Templo”.

ECV