lunes, 30 de abril de 2018

LA INFANTERÍA DE LOS EJÉRCITOS MUSULMANES

La infantería jugaba un papel fundamental, pues se organizaba en densos bloques de lanceros, arqueros y ballesteros cuya función era parar las cargas de la caballería pesada enemiga, dejando pasillos para su caballería. En cada bloque, los lanceros se organizaban en filas, arrodillados y protegidos por sus escudos, con el extremo de sus lanzas clavadas en el suelo.
Los infantes pesados llevaban una lanza larga (harba) con una cruceta o esfera en la base de la punta que la convierte en un instrumento también útil para la caza del jabalí y maza (dabbus), también otras armas ofensivas como el sable, daga y puñal.
Infantes musulmanes con cota de malla corta o salil, en el centro cota de malla larga o yadla y a la derecha cota de placas o masruda.
Tras ellos había arqueros y lanzadores de jabalinas, que disparaban por encima de ellos. Las jabalinas servían para apoyar a las flechas con proyectiles más pesados, que podían dañar a los caballeros con armadura.
Los arqueros musulmanes empleaban dos tipos de arcos: el árabe o turco (qaws turkiyya) normalmente empleador por los jinetes y el franco (ifranchiyya) que era más grande y usado por los infantes. A partir del siglo XI empiezan a utilizar la ballesta.
Emplearon tres tipos de ballesta: la manual o manubalista, la de estribo y la de torno. La de torno tenía más alcance, pero era más lenta de cargar. En cuanto a los dardos empleados los había de diferentes tipos según la finalidad: tajadero, vira, viratón, bodoque, cuadradillo, virote y pasador, los dos últimos se empleaban para atravesar cotas de malla y corazas.
Como infantería ligera solían emplear infantes con honda (wadhaf) o azagaya (mizra).
Los infantes gundis o reclutados era habitual que llevasen una túnica, sobre la que se ponía protecciones de cuero, acolchadas o de fieltro más o menos elaboradas, debieron ser mucho más comunes que la protección metálica, documentada en algunos beatos mozárabes.
Los mercenarios a menudo adoptaron elementos procedentes de Europa, como la cota de malla (yadla) o la de placas metálicas (masruda). Cuando era corta se llamaba salil o badan (badana). Si cubre pecho, pero no espalda, es yawsan.
El turbante oculta un yelmo o capacete sencillo de metal. El escudo circular pequeño será poco a poco desplazado por piezas mayores de forma variada como el escudo de cometa y la adarga o escudo de piel.
Tácticas
Según Ibn Hudauyl, los distintos tipos de ataques precisaban de la montura unas características particulares, de modo que era preferible “Usar yeguas para algaras y expediciones nocturnas, es decir para ataques por sorpresa. Los sementales son más convenientes cuando se entabla combate por líneas, se mantiene una posición defensiva, han de hacerse marchas, guerrear, y otras acciones marciales descubiertas. Los caballos castrados se eligen para emboscadas y para ir en vanguardia, porque resisten más y son capaces de mantenerse más tiempo en tensión”.
Las expediciones militares se llamaban gazawat o gazúas y de ordinario se hacían en verano aceifa (al–saifa que significa cosecha), aunque algunas veces tenían lugar en invierno (satiya). Era condición precisa que en los territorios adonde se dirigía la expedición hubiera buena cosecha, ya que el ejército había de vivir sobre el terreno. Por eso, los años de hambre o de carestía no solían hacerse incursiones en territorios, también evitaban pasar por el desierto del Duero. Fuera o no el califa al frente de las tropas, los preparativos eran los mismos. En Córdoba se concentraban los diferentes efectivos, y allí se les equipaba. Los efectivos de las fronteras acudían al lugar de las operaciones. Parece que la organización de las columnas militares respondía a la tradición omeya siria, y a la de los ejércitos abasíes.
Había otras operaciones de menor importancia casi siempre realizadas por las tropas de frontera que se denominaba algara o incursión que se aplicaba a las tropas de caballería que entraban en territorio enemigo para coger cautivos y apoderarse de botín, en un ataque rápido y hecho por sorpresa. Los métodos eran los mismos entre moros y cristianos. Los musulmanes consideraban las algaras una buena práctica en el dominio de sus corceles.

Los ejércitos musulmanes avanzaban en la forma clásica de la Edad Media:
Almogadama o vanguardia normalmente caballería con la misión de reconocer el terreno y proporcionar cobertura.
Ayanahaim o flanqueos compuestos por caballería ligera.

Alqab o centro, donde iba el rey o el jefe.
Sasaca o retaguardia.

Hecha una etapa, se levantaba el campamento.
En la batalla la táctica preferida era la de Karr wa-farr, que literalmente significa carga y retirada, empleaban ataques seguidos de bruscos repliegues con el fin de descomponer las formaciones enemigas, con el fin de asentarlas el golpe definitivo cuando hubiesen perdido su cohesión. Los cristianos la denominaron torna-fuye.
Otra táctica empleada era la del envolvimiento, las fuerzas de las ayanahaim o flancos, que normalmente eran caballería ligera, envolvían al grueso adversario y le atacaba por los flancos y retaguardia.
Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2015-04-01. Última modificacion 2017-06-05.

ECV