sábado, 24 de marzo de 2018

SOROR MILITIAE TEMPLI

Las mujeres en la Orden del Temple
Victor A. Padilla (Club de Estudios Templarios SIGILLVM TEMPLI)
¿ EXISTIERON REALMENTE MUJERES TEMPLARIAS ?

El primer supuesto de la posible existencia de las mujeres templarias es la que otorgan muchos historiadores acerca de las monjas que hacían las funciones de enfermería, confeccionaban los uniformes del ejército cristiano y se dedicaban a las labores de ganadería y cultivo en los terrenos de los feudos encomendados. 

Pero vivían totalmente aparte de los hombres, sin tener contacto alguno con los mismos.


Otras hipótesis barajan que la única posibilidad que tenían las mujeres de tener algo que ver con la Orden era haciendo de cooperadoras con la misma, proveyendo con donaciones y encomiendas, algunas de forma directa, entregando sus propios feudos por la causa cristiana, citemos por ejemplo a una dama de nombre Azalais, de cuya encomienda hay testimonio escrito, entregándose en cuerpo y alma a Dios y a la Santa Caballería de Jerusalén a cambio de su feudo en Villamolaque. Y otras, de forma indirecta, haciendo la labor de hermanas de la caridad, tal es el caso de la madre Inés, abadesa de Camaldules de Saint-Michael del Ermo que se sálió junto a su comunidad a la Orden.

Algunos sin embargo, van más allá en posibilidades y hay quienes aseguran que las mujeres no sólo formaban parte de la Orden como monjas, sino como guerreras que iban al campo de batalla igual que los hombres. Existe un documento árabe, que data del siglo XI, dónde describe el ataque de los cristianos a los musulmanes en la batalla de las Navas de Tolosa y en él expresaba en el siguiente párrafo algo que no deja lugar a dudas: “ …los contingentes templarios lucharon con gran coraje…… estimulados por las hazañas de sus compañeras”.

El cronista Ibn Abi Zar, autor de Rawd al-Qirtas, relataba lo siguiente a propósito de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), en la que las fuerzas cristianas derrotaron a los almohades: “Se dirigió contra ellos el ejército cristiano, en filas, como nubes de langostas; los voluntarios les salieron al encuentro y cargaron sobre ellos. […] Los infieles los persiguieron espada en mano, no siendo menos crueles las mujeres que los hombres de la Orden que profanó el Templo de Salomón y sus santos lugares…
En realidad, esto hoy en día cuesta creer pero lo cierto es que hay bastantes datos bibliográficos en los que constan que las mujeres de otras épocas, tales como los druidas, los griegos antiguos y los egipcios, no hacían distinción entre hombres y mujeres a la hora de quien era digno de morir en combate. También en épocas más recientes, hay casos, tan famosos como el de Juana de Arco, que lideraba tropas por la causa cristiana también, poco más de un siglo después de la disolución de la Orden, aunque claro está las circunstancias no eran la mismas, y la desdichada santa también obtuvo el trágico ánal de sus hermanos templarios. Las mujeres templarias como símbolo supremo del Santo Grial Otra hipótesis que se baraja es que el papel fundamental de las mujeres dentro de la Orden es que representaban algo sagrado, eran adoradores de la Virgen María y de María Magdalena, y por ello hicieron construir numerosos templos y catedrales en su nombre. Sus oraciones diarias también eran por Dios y por Nuestra Señora, creyendo que la susodicha no era otra que la Virgen María, pero hay teorías que indican que en realidad, en el origen mismo de la creación de la Orden de los Templarios, la verdadera razón era la de proteger a toda costa las reminiscencias de la Gran Diosa prehistórica, que tras milenios de ocultamiento y olvido tras la nueva instauración del poder patriarcal y a través del comienzo de la era cristiana y de la iglesia como instrumento de un Dios masculino y monoteísta, habían sumido en las tinieblas al noble legado de una sabiduría ancestral, reinstaurando así el respeto perdido hacia el principio del eterno femenino, de la naturaleza y el cosmos. 
Y quizás eso es lo que representaría el tan famoso Santo Grial. Hay quienes aseguran que las catedrales templarias representan a la mujer, en posición de dar a luz, viendo a las dos torres principales y la entrada en forma de vagina, y el rosetón como el chacra raíz, portador de la luz universal. Todos estos supuestos conforman las posibles hipótesis de que las mujeres templarias o “damas templarias”, (como sería justo llamarlas de acuerdo a sus famosos homólogos caballeros) existieran realmente, pero lo que no está aun muy claro es qué papel desempeñaban en realidad.

La última opción es la de que en realidad estas mujeres formaron a parte otra sociedad paralela a la Orden Templaria, conocida como El Priorato de Sión, nombre bastante evocado en los últimos años y bien conocido gracias a las literarias novelas de acción como El Código da Vinci. Aunque esta posibilidad realmente es bastante remota y de difícil comprobación, ya que en todo caso, hubiese estado oculta desde sus inicios, y si existe o existió, a pesar de los intentos de fraude llevados a cabo por un tal Pierre Plantard, el cuál alardeaba ser el legítimo último Gran Maestre, no lo podremos saber hasta que salgan a la luz y la verdad sea por fin descubierta.

VAP