miércoles, 14 de marzo de 2018

LA TÁCTICA MILITAR DE LOS CABALLEROS TEMPLARIOS - LAS ARMAS


Tanto el equipo como el armamento de los templarios fue evolucionando a lo largo de su historia, por eso hay tanta variedad. Al poco de su formación llevaban una cota de mallas y un casco acabado en punta.
Más adelante, se les entregó un escudo alargado y un estandarte. Por último, se añadió calzado de malla y un yelmo cerrado, ya en el siglo XIII.
Las armas que portaban eran una lanza larga, una espada de doble filo, una maza turca con aristas cortantes y un machete de un filo. A esto se añadían además tres tipos de cuchillos.
Una de las mayores bazas de los templarios en la batalla era la concentración y el autodominio que les permitía alcanzar la victoria en situaciones desfavorables.
El estar convencidos del apoyo de Dios junto con una vida de ascetismo, sin emociones ni problemas, les hacía tener un control total de sí mismos que les infundía una gran valentía.
Sus armaduras y vestimentas eran las justas y necesarias, sin ningún tipo de adorno innecesario ni elementos decorativos; esto les permitía tener una gran libertad de movimientos que se sumaba a la velocidad y fuerza de sus caballos.
Mostraban un frente cerrado y compacto, acercándose a las filas enemigas con calma mientras concentraban sus fuerzas físicas y mentales.



En cuanto sonaba la señal de ataque, se lanzaban de forma impetuosa sobre los enemigos, confiando ciegamente en la protección y apoyo de los hermanos que luchaban a su lado.
Esta confianza derivaba de la propia convivencia de los templarios cuando no estaban en guerra y contrasta con la actitud de la orden en caso de que uno de ellos cayera prisionero: jamás se pagaría un rescate ni se cedería nada a cambio de salvar su vida.
Una de las tácticas más utilizadas en la caballería templaria, si se conseguía rebasar las líneas enemigas, era el levantamiento de las lanzas el giro sobre grupas y vuelta a cargar. De manera que podían atacar el enemigo en una especie de zig zag creando gran mortandad.

Todo un caballero tenía derecho a 3 caballos excepto el maestre que podía tener cuatro. De manera que si un caballo caía en batalla su escudero le aguardaba con otros dos o tres. Muchas veces me ha hecho pensar sobre el sello templario en el que dos caballeros van en el mismo caballo. Y que algunos dicen que simboliza la pobreza de la orden..... 

Desde un punto de vista más militar, yo entendería que un caballero pueda transportar a un infante en la grupa de su caballo. De esta manera la infantería no llegaría agotada al campo de batalla y el caballero tendría otros 2 caballos de refresco en perfecto estado, ya que se acercarían al punto sin carga y mientras lucha con uno tiene otros dos descansando. La estructura del Temple a este respecto, militar, junto con otras órdenes militares, era el del ejército profesional siempre listo y siempre entrenado. Algo que no era normal en Occidente durante la edad media. Normalmente cuando el rey convocaba a sus vasallos, estos hacían levas y con parte de su guardia, pues el resto lo dejaban en sus castillos, Iban a la llamada. Era normal contratar tropas mercenarias bien entrenadas en distintas guerras, y no estaba mal visto en la época ser mercenario.

Por ejemplo, aquí en españa, es don Gonzalo Fernández de Córdoba, el gran capitán, el que dándose cuenta de que la Edad Media se muere, de que empieza otra época, restructura el ejército. Crea las tropas regulares profesionales. Moderniza el armamento. Crea los batallones de piqueros y alabarderos ahora mucho más versátiles y que permiten defender contra los ataques de la caballería pesada. Los espaderos, los arcabuceros, los artilleros... Se van desechando a más antiguas como arcos y ballestas aunque el soldado podía estar versado en su utilización si fuese necesario. En definitiva se crean los tercios.

V. M. M. A.
Fuentes consultadas:
(Guerreros de la Historia)