miércoles, 28 de marzo de 2018

LA POESÍA ÁRABE CLÁSICA EN AL-ANDALUS: LA VOZ FEMENINA


La pesía árabe clásica en al-Andalus: el dorado crepúsculo
(Siglos XII-XIII)
LA VOZ FEMENINA
El exilio de la poesía terminó con la llegada a al-Andalus de unos nuevos invasores norteafricanos: los almohades. Aunque bereberes y reformistas religiosos como los almorávides, no rechazan las formas culturales árabes con posibles rasgos de laicidad como la poesía. Los más hiperbólicos madīGrafía neoclásicos acompañan a estos nuevos califas y en las provincias de al-Andalus vuelven a surgir cortes literarias. Un caso muy significativo es Granada, silenciosa poéticamente durante la época taifal y almorávide, que ve aparecer en el siglo XII excelentes poetas alrededor de su gobernador almohade como al-Kutandī, al-RuGrafíaafī, etc., y lo más sorprendente: MUJERES POETAS.
Durante los siglos anteriores habían aparecido algunos nombres femeninos en la nómina de los poetas de al-Andalus como la mencionada Hassāna al-Tamīmiya, la princesa Wallāda, amante de Ibn Zaydūn, la hija del rey al-Mu‘taGrafíaim de Almería, etc., pero difícilmente podrían considerarse realmente poetas, en primer lugar por lo exiguo de las composiciones que con su nombre nos ha llegado, y, en segundo, porque estas escasas muestras no ofrecen unas características destacables fuera de la rareza de haber sido escritas por mujeres en una sociedad medieval y musulmana.
Poetisas andalusíes
Pero en el siglo XII la situación cambia: el número de las poetisas aumenta y, entre ellas, una ofrece una extensa y excelente producción poéticaGrafíaafGrafíaa Bint al-Grafíaaŷŷ ar-Rakūniyya de Granada (1135-1191). Al ser de origen bereber, nos inclinamos a pensar que la explicación del desarrollo de la poesía escrita por mujeres y la aparición de la Rakūniyya, en particular, pudiera ser debido a la tradición cultural de esta etnia norteafricana en la que el estatuto femenino parece gozar de una mayor autonomía, posiblemente por una antiquísima tradición matriarcal. Así entre algunas tribus beduinas bereberes las jóvenes podían participar en las tertulias poéticas de la tribu, hecho vedado en las tribus árabes.
El caso es que esta granadina de origen bereber goza de una muy amplia libertad de movimientos en la sociedad de su tiempo hasta el punto de que la mayor parte de sus poesías están dedicadas a su amante Abū Ŷa‘far ibn Sa‘īd y a la descripción de las citas que tuvo con él. A pesar de estos amores, habidos fuera del matrimonio, y de que su amante fue un manifiesto rebelde andalusí contra el poder almohade, GrafíaafGrafíaa fue nombrada preceptora de las hijas del califa en Marraquesh.
Dentro de las esclavas de al-Andalus,
las más relacionadas con el ambiente literario
eran las cantoras, las qiyān, que recibían
una esmerada educación, ...
La poesía de la rakūniyya puede compararse en calidad a la de los poetas masculinos de su época y sólo sabemos que es una mujer porque utiliza los tópicos de la descripción de la belleza femenina para sí misma, lo que produce un efecto sorprendente. Así, escribe a su amante Abū Ŷa‘far el siguiente billete:
Un visitante llega a tu casa:
su cuello es de gacela,
luna creciente sobre la noche;
su mirada tiene el embrujo de Babilonia
y la saliva de su boca es mejor
que la de las hijas de la parra;
sus mejillas afrentan a las rosas
y sus dientes confunden a las perlas,
¿puede pasar, con tu permiso,
o ha de irse, por alguna circunstancia?
Abū Ŷa‘far ibn Sa‘īd, que también era poeta, pertenecía a una familia de aristócratas e intelectuales cuyo feudo era Alcalá la Real y, como muchos de los nobles e intelectuales andalusíes, se opuso a la dominación almohade, pero fue capturado y ejecutado. Al saber la muerte que le esperaba, Abū Ŷa‘far le dijo a su primo que le visitaba en la prisión las siguientes palabras que reflejan el mundo brillante y hedonista de estos poetas andalusíes:
¿Se derraman por mí esas lágrimas, que he gozado de todos los placeres de este mundo, que me he alimentado con las pechugas de las aves, que he bebido de las copas de cristal, que he montado en los mejores corceles, que he reposado en los más mullidos lechos, que me he vestido con las más finas telas y brocados, que me he alumbrado con las velas de cera pura y que he gozado de los amores de las más bellas mujeres?
Una de las más bellas de sus amantes, GrafíaafGrafíaa le guardó luto y permaneció soltera hasta su muerte, dedicando a su memoria diversos poemas en los que grita su ausencia irremediable:
Envío un saludo, que los cálices de las flores abre
y hace zurear a las palomas en las ramas.
A quien ausente está, pero mora en mis entrañas
aunque de verlo mis ojos estén privados.
No creáis que vuestra ausencia me hace olvidaros,
eso ¡por Dios, no sucederá jamás!
Preguntad al palpitante relámpago en noche serena
si me ha hecho recordar mis amores a medianoche;
pues ha vuelto a hacer palpitar mi corazón
y me ha dado la lluvia que cae por mis mejillas.
Aunque la mejor, no es GrafíaafGrafíaa la única poetisa de su siglo. También granadina, Nazhūn bint al-Qa‘ala es famosa por sus sátiras en sentido opuesto de la virginal Qasmuna o de las hermanas de Ziyād de Guadix, a la que los autores árabes atribuyen indistintamente los poemas que se han conservado bajo su apellido. En uno de ellos, una de las dos hermanas expresa su pasión por una joven de su mismo sexo y nos deja en la duda de si se trata de un tópico literario o de homoerotismo:
Las lágrimas revelan mis secretos en un río
donde hay tantas señales de belleza;
es un río que rodea jardines
y jardines que bordean el río;
entre las gacelas hay una humana
que posee mi alma y tiene mi corazón.
Ésa es la razón que me impide dormir:
cuando suelta sus bucles sobre el rostro,
parece la luna en las tinieblas de la noche;
es como si a la aurora se le hubiese muerto un hermano
y la tristeza se hubiese vestido de luto.
Tras la época almohade, la voz femenina enmudece como si al recuperar la identidad andalusí en el reino de Granada el velo del harén que se había levantado como cortina de jaima bereber hubiese de nuevo caído.
La razón podría estar en que les estaban vedados
 los lugares donde la poesía se difundía: estos lugares
son las recepciones palaciegas con motivo de actos
 por eso en la intimidad de los salones su arte y poesía
adquiría un aire más libertino y condescendiente

Fuentes artículo 
BV Cervantes

ECV