martes, 27 de marzo de 2018

LA PANCHINETA


LA REPOSTERÍA MONACAL AL SERVICIO DEL TEMPLE
"A nadie le amarga un dulce..."
LA PANCHINETA
Es bien conocida hoy en día la reposteria de las monjas. De tradición medieval, en los conventos de clausura llegan los sonidos del torno para adquirir dulces viandas elaboradas por monjas y novicias.
Masas fritas como las rosquillas de Santa Clara y los huesos de San Expedito. Masas abizcochadas como esas ternuras en honor a Maria Magdalena, Torrejas o torrijas de vino o leche. Y un largo etcétera de elaboraciones de obrador donde el olor a anís y a levadura contrasta con el de la mantequilla y la harina.
Y ese milagro que da la harina junto con los huevos y un toque de azucar. Base inevitable de cientos de elaboraciones monacales.
Franchi-pan en su origen Franco se datan en Eunate ( Navarra ) las primeras elaboraciones de este dulce de celebración. No es un dulce para todos los dias, sino para ocasiones muy especiales. Cumpleaños del Prior de la Orden, Santo de la Encomienda, o la recepción de notables e ilustres. De este vocablo deriva la palabra panchineta, que es la que nos ocupa por ser el postre que servimos hoy en el restaurante.
Básicamente es un postre sencillo. Una masa de hojaldre laminada ( mil-hojas ) trabajada en 5 vueltas, tres sencillas y una doble. Estirada con un centímetro de espesor, bañada en huevo y a horno de leña medio .
( 200 º ). Esta masa quintuplica su volumen y queda muy crujiente por las vueltas de mantequilla y harina.
Una vez fria se rellena de una crema pastelera, a base de huevo, leche, azúcar, harina de maiz y harina de trigo floja. Levantada en cazo de cobre al llegar a hervir la leche.

VAP