miércoles, 14 de febrero de 2018

UNA VELA EN COMPOSTELA

Desde hace unos siete siglos arde en la basílica de Compostela una vela que nunca se apaga. 
Fue donada por el conde Alfonso de Poitiers en 1270 cuando partía a las cruzadas. 

La vela fue ofrecida como promesa de la peregrinación que el hermano del Rey de Francia quería hacer a Santiago. 
Cada año desde esta fecha se registran veinte libras de parte 'del hermano del Rey de Francia' que entran, religiosamente en el presupuesto anual de la basílica. 
Esas veinte libras vienen —por supuesto— de Francia.

Fuente:
www.culturaoculta.com

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