Los Reyes de Aragón, tras la muerte del Batallador, en respuesta a la colaboración de la Orden del Temple, les otorgaron amplias inmunidades y numerosas concesiones de fortalezas y tierras:
Los Caballeros de la Orden del Temple quedaron así insertados en las ciudades y pueblos de Aragón, su gestión contribuyó a acelerar el pulso de la economía, por la potenciación de las condiciones agropecuarias en el proceso colonizador.
No tardaron en cualificarse como expertos en finanzas, prestando su apoyo en repetidas ocasiones a la Corona de Aragón, a cuya política permanecieron fielmente vinculados.
No tardaron en cualificarse como expertos en finanzas, prestando su apoyo en repetidas ocasiones a la Corona de Aragón, a cuya política permanecieron fielmente vinculados.
En 1133, en vida de Alfonso I, los testamentos de Lope Garcés Peregrino y de Fortún Garcés Cajal a favor de la Orden del Temple y del Hospital, constituyen los primeros bienes en Zaragoza, Tudela, Tarazona y Novillas.
En 1118, en un Concilio en Toulouse, se confería los honores de Cruzada a la conquista de Zaragoza.
Algunos Caballeros de la Orden del Temple, recordando la conquista de Jerusalén en 1099, se unieron al Rey Alfonso I, quien al grito de DEUS O VOL, conquistó el 18 de diciembre Al-Bayda, la Blanca, la Augusta, sobrenombre musulmán de Zaragoza.
Tras la ocupación en 1119 de Tudela, Tarazona y Borja, la reacción musulmana no se hizo esperar, pero fueron nuevamente derrotados en la batalla de Cutanda, tras la cual se ganó, Daroca, Calatayud y la rivera del Jalón.
Algunos Caballeros de la Orden del Temple, recordando la conquista de Jerusalén en 1099, se unieron al Rey Alfonso I, quien al grito de DEUS O VOL, conquistó el 18 de diciembre Al-Bayda, la Blanca, la Augusta, sobrenombre musulmán de Zaragoza.
Tras la ocupación en 1119 de Tudela, Tarazona y Borja, la reacción musulmana no se hizo esperar, pero fueron nuevamente derrotados en la batalla de Cutanda, tras la cual se ganó, Daroca, Calatayud y la rivera del Jalón.
El Rey Alfonso I, tres días antes de su muerte, renovó en Sariñena su testamento, dando muestra de su fe ciega en las nuevas milicias religiosas de la Orden del Temple, como ejecutoras de su programa de liberación de la Cristiandad.
En el último tercio del siglo XII, Novillas y Monzón constituían los principales centros administrativos de la Orden del Temple, quedando finalmente Monzón y Zaragoza:
La villa de Monzón, por su equidistancia entre catalanes y aragoneses, fue una plaza idónea para los Conventos de la Orden del Temple, que se celebraban en el incomparable marco de su castillo.
En el último tercio del siglo XII, Novillas y Monzón constituían los principales centros administrativos de la Orden del Temple, quedando finalmente Monzón y Zaragoza:
La villa de Monzón, por su equidistancia entre catalanes y aragoneses, fue una plaza idónea para los Conventos de la Orden del Temple, que se celebraban en el incomparable marco de su castillo.
Los Maestres de la Orden del Temple gozaban de un alto rango, formaban parte de la Curia real, se acompañaban en las campañas militares y suscribían importantes documentos para la vida del Reino......
Fuente: www.montrodon.es
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