miércoles, 14 de febrero de 2018

JACQUES DE MAILLY, EL MARISCAL TEMPLARIO HONRADO POR LOS MUSULMANES

( ANÉCDOTAS MEDIEVALES )

Fue en la batalla de Seforia; fue corta, en muy poco tiempo los francos resultaron diezmados a pesar de su gran empuje guerrero.
Los dos últimos combatientes cristianos fueron un caballero del Hospital, de nombre desconocido y uno templario, el mariscal “JACQUES DE MAILLY”.
El Mariscal Templario Jacques de Mailly, al ver a su compañero del hospital finalmente abatido, redobló su empuje y resistencia luchando como un torbellino.
Primero sobre su caballo y luego a pie, su espada heroicamente segaba, como si de trigo se tratase, las vidas de los enemigos que lo rodeaban.
Asombrados por este prodigio de valor, los musulmanes cesaron de combatirlo y formaron un círculo a su alrededor, ofreciéndole la vida a cambio de la rendición.
Rechazadas tales proposiciones, consideradas como ofensivas para su honor, el templario acabó abatido y asesinado, por las flechas de los arqueros musulmanes.
Pero como iban ataviado con las honorables vestiduras de la orden del temple, y montado sobre su corcel blanco, al caer muerto, “pero no vencido”, los musulmanes irrumpieron con gritos, convencidos de haber vencido al mítico san Jorge de los francos.
El cadáver del Mariscal Templario, fue asaltado por los mamelucos, quienes, presos de un terror reverente, se disputaron hasta el más insignificante de sus despojos: ropas, armas, adornos, etc, como si fuesen talismanes o reliquias muy valiosas.
Hasta el punto, que algunos mamelucos se frotaban la cabeza con el polvo empapado en su sangre, como si de esa forma pudieran adquirir su gran bravura y valor.
Enterado “Al-Afdal” de dicho heroico suceso, el hijo de Saladino ordenó se enterrase con toda la máxima dignidad y honor, el cadáver del mariscal templario Jacques de Mailly, y que, como signo de gran respeto por su valor y heroismo, le enterrasen con su espada en la mano.
El resto de las fuerzas cruzadas, francos y templarios (incluso el maestre del hospital “Roger des Moulins”), todos perecieron.
Solamente tres caballeros del Temple, consiguieron escapar con vida, uno de ellos fue “Gérard de Ridefort”, que, a pesar de estar gravemente herido, consiguió llegar en su caballo hasta Nazareth.
Por el camino, resonarían en sus oídos la proféticas palabras que le dirigió antes de entrar en combate Jacques de Mailly: “Sois vos Gérard de Ridefort quien volverá como un traidor”.
Mortificado por las heridas y tal vez por la vergüenza, el maestre Gérard de Ridefort, se entretiene en el camino y la noticia del combate llega a Jerusalén, antes que él.
Los otros dos templarios supervivientes, cuentan al convento lo sucedido y se produce tan gran consternación.
Sin esperar el regreso del maestre, los caballeros forman un “comando”, que volvió a la Fuente del Berro para buscar el cuerpo del mariscal Templario Jacques de Mailly.
Encuentran su tumba, desentierran el cadáver del mariscal Jacques de Mailly y lo llevan a su Casa Madre de Jerusalén.
Depositaron el cadáver en la iglesia poligonal de la Cúpula de la Roca, donde le rindieron honores, comenzó a ser venerado como un héroe por todos los hermanos de la orden, y como mártir por muchos peregrinos.
Muy astutamente el maestre “Gérard de Ridefort” consintió en todo, prefería tener al mariscal como héroe-mártir y así tranquilizar su conciencia.
Teniendo en cuenta, que los otros dos templarios supervivientes ya habían relatado a los hermanos la disputa entre Jacques de Mailly, y el maestre “Gérard de Ridefort”, así como la “profecía” sobre su huida en pleno combate.
Pero claro, en cuanto se repuso del descalabro físico y moral, el maestre “Gérard de Ridefort” volvió a las andadas.
No sabía que su nuevo despropósito daría el respaldo definitivo a la santidad de Jacques de Mailly.
Gérard de Ridefort, murió en 1190 combatiendo ante las murallas de San Juan de Acre.

CAIA