miércoles, 14 de febrero de 2018

HISTORIA Y MITO DE LA BALMA

Nos encontramos ante un enclave de culto prerromano, posiblemente un lugar de ofrendas a dioses paganos, debido a su situación y al dominio de todo el meandro del Río Bergantes que se ve desde la Cueva. El origen del culto a la Virgen se inicia en 1308, cuando un pastor de los alrededores de Zorita tiene la visión de la virgen en el barranco. Ya desde antes de la visión (finales del S.XII) se tienen noticias de Ritos de Exorcismos y visiones demoníacas en las cuevas de la zona. En el S. XIV hubo en La Balma una ermita a Santa Magdalena, producto del hallazgo de la imagen de la Mare de Déu de la Balma, lo cual nos lleva a pensar que este culto pagano prerromano podía haberse realizado a un ente maligno o demoniaco, que posteriormente derivó en los ritos de exorcismo en la Ermita.

Desde entonces La Balma ha sido Centro de peregrinaciones del Maestrazgo y el Bajo Aragón para curar enfermos y endemoniados desde época medieval (S. XV), en el que los vecinos de Castellote (Teruel) realizaron la primera romería conocida. Una vez construido el santuario, el culto a la virgen se orientó a la curación de enfermedades de posesión y peticiones de curaciones milagrosas, todo siempre el manto del Sacerdote o el Clérigo de turno y con el visto bueno de la jerarquía católica. Pero es desde finales del siglo XIX, cuando los exorcismos dejan de ser dirigidos en el santuario por clérigos y van apareciendo hechiceras y espiritistas que conducen los rituales.
Ya en el Siglo XX se sabe de la presencia de brujas, conocidas como las Caspolinas (mujeres procedentes teóricamente de la localidad de Caspe y tenidas como hechiceras) y de espiritistas, cuyas visitas eran frecuentes en La Balma. Durante los años de la Dictadura de Primo de Rivera, e incluso durante la Segunda República, miles de personas acudían a La Balma para ver los exorcismos (algunos con rituales paganos), tanta fue la afluencia de supuestos endemoniados que la propia Iglesia tomo cartas en el asunto y se prohibieron dichos Ritos por parte del Obispado. A lo largo de los años la Historia de estos sucesos se ha hecho Leyenda, y la Leyenda, Mito, el cual ha llegado a nuestros días.