sábado, 6 de enero de 2018

TÁCTICA MILITAR CABALLEROS TEMPLARIOS

Una de las mayores bazas de los templarios en la batalla era la concentración y el autodominio que les permitía alcanzar la victoria en situaciones desfavorables.
El estar convencidos del apoyo de Dios junto con una vida ascetica, sin emociones ni problemas les hacía tener un control total de sí mismos que les infundía una gran valentía.
Sus armaduras y vestimentas eran las justas y necesarias, sin ningún tipo de adorno innecesario ni elementos decorativos; esto les permitía tener una gran libertad de movimientos que se sumaba a la velocidad y fuerza de sus caballos.
Hay varios enclaves templarios en la Península Ibérica, como por ejemplo en Castilla y León y en lo que fue en su día la Corona de Aragón
En combate mostraban un frente cerrado y compacto, acercándose a las filas enemigas con calma mientras concentraban sus fuerzas físicas y mentales.
En cuanto sonaba la señal de ataque, se lanzaban de forma impetuosa sobre los enemigos, confiando ciegamente en la protección y apoyo de los hermanos que luchaban a su lado.
Esta confianza derivaba de la propia convivencia de los templarios cuando no estaban en guerra y contrasta con la actitud de la orden en caso de que uno de ellos cayera prisionero: jamás se pagaría un rescate ni se cedería nada a cambio de salvar su vida.