sábado, 20 de enero de 2018

SAINTE-EULALIE DE CERNON

CIRCUITO DE LOS PUEBLOS TEMPLARIOS EN FRANCIA (I)

Viaje por la región francesa de Midi-Pyrénées –la región con capital Toulouse– no podíamos dejar de visitar los pueblos del “circuito del Larzac templario y hospitalario”. Se trata de unos de los pueblos templarios mejor conservados de Europa, testimonio tangible, todavía en nuestros días, de esa historia tan evocadora. Los templarios se instalaron en esta zona, el Larzac, a mediados del siglo XII y durante unos 150 años reagruparon la población en pueblos y organizaron sus riquezas y producciones agrícolas. Se quedaron aquí hasta que la orden del Temple fue abolida por el Papa en 1312, cuando sus bienes pasaron a los caballeros de la orden Hospitalaria de San Juan. Éstos también dejaron su huella, sobre todo en las fortificaciones construidas durante la Guerra de los Cien Años.
Nos encontramos en el sur de Francia, en la región de Midi-Pyrénées, en el departamento de Aveyron y distrito de Millau. La ciudad más cercana es justamente Millau –de unos 22.000 habitantes–, que se encuentra a unos 150 km de Toulouse y a unos 110 km de Montpellier.

Los pueblos que forman parte del circuito del Larzac templario y hospitalario son cinco: Sainte-Eulalie de Cernon, La Cavalerie, La Couvertoirade, Viala du Pas de Jaux y Saint-Jean d’Alcas. Se encuentran todos a poca distancia el uno del otro, en un circuito en coche de un total de unos 85 km que puede llevar uno o dos días según el tiempo que se quiera pasar en cada pueblo.



SAINTE-EULALIE DE CERNON: LA SEDE DE LOS PUEBLOS TEMPLARIOS
Sainte-Eulalie de Cernon, el antiguo “centro de operaciones” de los pueblos templarios en el siglo XII. Aquí se encontraba la commanderie –literalmente encomienda– desde donde se llevaba la administración de todo el territorio en manos de la orden.
El pueblo, en plena meseta del Larzac y a orillas del río Cernon –se escogió como commanderie porque era el único que no tenía problemas de abastecimiento de agua– ha conservado casi intacto su encanto. La muralla del siglo XV de unos doce metros de altura, sus callejuelas, la pequeña plaza con su fuente de piedra –Place de la Fontaine–, la iglesia y, por supuesto, los edificios de la commaderie.

 
Los templarios se la alquilaron al rey de Aragón –que también era conde de Millau, ya que se había casado con la hija del anterior conde– por… ¡seis quesos al año! Recordemos que ésta es la zona del roquefort, ¡y con esto podemos hacernos una idea de su valor por aquel entonces! Eso sí, luego acabaron comprándosela pagando en monedas, y con un burro. Otra curiosidad es que tiene la puerta en el ábside y está orientada al oeste, a diferencia de todas las iglesias cristianas. Esto porque en origen su entrada se encontraba en el patio de los edificios de la commanderie. Para que los fieles no molestaran a su paso por el patio, se abrió una puerta en el ábside, en el sitio donde se construyó la plaza… ¡y así está resuelto el misterio! El portal actual, que da a la plaza, es barroco, como la fuente.
En la commanderie, residencia de los comendadores templarios y hospitalarios entre los siglos XIII y XV, nos esperaban unas cuantas sorpresas: las pinturas barrocas de la sala de los frescos, unos misteriosos grafiti, el refectorio y el dormitorio común de los Hospitalarios y el el amplio patio interior completamente conservado.