martes, 30 de enero de 2018

HISTORIA DE LA PERSIGNACIÓN

La práctica de hacer la señal de la cruz tiene gran prominencia en la Iglesia Católica Romana, pero también es practicada entre los ortodoxos orientales y los episcopales. La historia de la señal de la cruz tiene su origen en un pasado tan lejano como Tertuliano, el padre de la iglesia primitiva que vivió entre los años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió: “En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz”.
Originalmente, se trazaba una pequeña cruz en la frente con el pulgar o un dedo. Mientras que es difícil señalar exactamente cuando fue que se cambió el trazo de la pequeña cruz en la frente a la moderna práctica de trazar una larga cruz desde la frente hasta el pecho y de hombro a hombro, lo que si sabemos es que este cambio ocurrió por el siglo XI d.C., cuando el Libro de Oración del Rey Enrique menciona una instrucción de “marcar con la santa cruz los cuatro lados del cuerpo.”
Al parecer la Iglesia Católica encontró la justificación para la señal de la cruz, en sus muchos años de tradición eclesiástica, la cual surgió probablemente de citas bíblicas puntuales sobre un signo para el pueblo de Dios. En Éxodo 17:9-14 encontramos una de las primeras referencias a una cruz:
- "Entonces Moisés le ordenó a Josué: «Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana yo estaré en la cima de la colina con la vara de Dios* en la mano.» Josué siguió las órdenes de Moisés y les presentó batalla a los amalecitas. Por su parte, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima de la colina. Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, la batalla se inclinaba en favor de los israelitas; pero cuando los bajaba, se inclinaba en favor de los amalecitas. Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos firmes hasta la puesta del sol. Fue así como Josué derrotó al ejército amalecita a filo de espada. Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Pon esto por escrito en un rollo de cuero, para que se recuerde, y que lo oiga bien Josué: Yo borraré por completo, bajo el cielo, todo rastro de los amalecitas.»
Otras referencias a símbolos para el pueblo de Dios los encontramos en Apocalipsis:
- 7:3: "«¡No hagan daño ni a la tierra, ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente de los siervos de nuestro Dios!»
- 9:4: "Se les ordenó que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna planta ni ningún árbol, sino sólo a las personas que no llevaran en la frente el sello de Dios".
- 14:1: "Luego miré, y apareció el Cordero. Estaba de pie sobre el monte Sión, en compañía de ciento cuarenta y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre".
En el siglo XVI, uno de los dogmas centrales de la Reforma Protestante fue la 'Sola Scriptura', donde se estipuló que cualquier práctica que no se ajustara a la Escritura fuera desechada. Los reformadores ingleses creían que el usar la señal de la cruz debía de ser dejado a cada individuo, como fue escrito en el Libro de Oración del Rey Enrique VI “El arrodillarse, santiguarse, juntar las manos, golpearse el pecho, y otros gestos, pueden ser usados, o dejados, según sirva a la devoción de cada hombre, sin culparle.” Los protestantes generalmente veían esta señal como una tradición que carecía de bases en la Escritura, o aún como idolatría, y por esa razón fue abandonada por la mayoría.
Las denominaciones cristianas formales le asignan al gesto diversos propósitos:
- Inicio y cierre de sus oraciones y actos religiosos.
- Fórmula de invocación de la divinidad.
- Saludo ante lugares, objetos e imágenes (en el caso de las denominaciones cristianas que las usan) que son consideradas venerables o santas.
- Señal de bendición sobre personas o cosas.
- Para conjurar de la hipotética presencia del mal en una situación, idea o lugar, así como en la realización de exorcismos , con el supuesto fin de expulsar demonios que, según la creencia, se introducirían en algunas personas (en el caso de las iglesias que realizan dicha práctica).
Algunos cristianos lo definen como un "signo sacramental". Para los prosélitos, el sentido original de la señal sería manifiestar su fe en que Cristo los redimió al ser ejecutado por los romanos en una cruz.