martes, 2 de enero de 2018

CASTILLEJO DE ROBLEDO (SORIA)

PRIMERA PARTE:
EL CASTILLO Y SU LEYENDA TEMPLARIA:
Hace unos dias fui a ver a unos amigos a un pequeño pueblo soriano que está en el vertice de tres provincias: Soria a la que pertenece, Burgos (lindando con el monasterio de la Vid) y Segovia (limitando con la villa medieval de Maderuelo y las hoces del Riaza). Se llama Castillejo de Robledo y se ubica en el fondo de un pequeño valle de peñascos y bosques. La primera mitad de su nombre se la cede el castillo en ruinas que se alza sobre un pequeño otero. Es quizá el único castillo perteneciente al Temple que existe en la provincia de Soria toda vez que muchos niegan que el mas famoso de Ucero fuera templario. A pesar de su devastación se adivina que fue un castillo recio hecho para la defensa de frontera y la actividad castrense propia de las Ordenes religiosas y militares y no para el descanso y regocijo de un noble como tantos otros. Me dicen que fue edificado en el siglo XI y que fue templario hasta que se disolvió la Orden pasando a ser propiedad de la Orden hospitalaria de San Juan de Jerusalén. 

Es probable que antes de ser cristiano fuera musulmán por el diferente grosor de las piedras de la cerca. El castillo poseía doble recinto amurallado. Se conservan dos torres, una de planta pentagonal con algunas almenas y la torre del homenaje. También hay restos de una entrada en ángulo a la fortaleza. Además se conserva el aljibe. Sin duda debió existir una comunidad templaria permanente propietaria de ganados que pastaban en las alturas del valle. Quizá sus pastores fueron los que habitaron y edificaron las primeras casas de un incipiente poblado.
LA LEYENDA DEL TEMPLARIO:
La conoce toda la gente del pueblo porque ha pasado de generación en generación y cuenta que un caballero templario asesinó dentro del castillo a su superior Fray Cristóbal de Rocaforte. El asesino huyò a caballo por el camino de Valdanzo en medio de una furiosa tormenta. En el vallejo que hay a poco de iniciarse el camino se encontró con el cura parroco del pueblo que se habia refugiado de la tempestad bajo unos enebros. Al verle el asesino echó pie a tierra y se acercó a él quiza arrepentido de su acto y para pedirle confesión. En ese momento un rayo fulminó al caballero matándolo en el acto pero quedando ileso el curilla horrorizado eso si de la tragedia de la que habia sido testigo. Desde entonces a aquel paraje se le llama el Vallejo del Templario y dicen en el pueblo que en dias de tormenta se oian lamentos y que salia el ánima atormentada del caballero...