martes, 9 de enero de 2018

AMULETOS EN EL ANTIGUO EGIPTO

Las tumbas egipcias y más concretamente las cavidades y las vendas que rodeaban el cuerpo de las momias, han proporcionado multitud de pequeños objetos de diferentes materias, como piedras semipreciosas, tales como jaspe, hematites, feldespato, lapislázuli y cornalina entre otras, además de fayenza esmaltada, pasta de vidrio o madera.
Todos ellos, dispuestos de una forma determinada y en los lugares marcados por el ritual de la momificación, aportaban al cuerpo su protección, cumpliendo funciones determinadas en el Más Allá. Entre todos estos objetos se pueden encontrar una gran mayoría burdamente tallados. Otros, en cambio, son verdaderas joyas y obras de arte, según la clase social de sus portadores.
Todos ellos, dispuestos de una forma determinada y en los lugares marcados por el ritual de la momificación, aportaban al cuerpo su protección, cumpliendo funciones determinadas en el Más Allá. Entre todos estos objetos se pueden encontrar una gran mayoría burdamente tallados. Otros, en cambio, son verdaderas joyas y obras de arte, según la clase social de sus portadores.
En algunas ocasiones, los amuletos reproducían signos de carácter jeroglífico que poseían el mágico poder de la noción abstracta que venían a representar y que transmitían al portador de los mismos. De esta manera el "nivel" del albañil proporcionaba estabilidad y equidad, la caña de papiro juventud y vigor. Así, el signo "Ankh", la vida, el ideograma de "Nefer" la belleza y la perfección.
La variedad de amuletos era y es infinita. Y las formas variadas y sofisticadas. Los amuletos mas comunes eran el escarabajo, el "Dyed", el "Udyat", el "Tet" o el "Nudo de Isis".
Cuando un mago creaba un amuleto, introducía en él, según los rituales de encantamiento, fuerzas esenciales para preservar la vida y garantizar la inmunidad de un cuerpo o de una momia. Generalmente para proteger por completo a una momia, había que utilizar ciento cuatro amuletos diferentes, atados a los dedos de los pies o a los pies, y con un ritual hacer llegar y circular la "fuerza mágica" a través de todo el cuerpo antes de llegar a la cabeza. De esta manera se protegía del mal bajo todas sus formas.
En el Antiguo Egipto las madre de familia tenían un conocimiento profundo de la ciencia de los amuletos, que utilizaban para poner a sus hijos al abrigo de peligros, tanto reales y externos, como las picaduras de escorpiones o serpientes como de los demonios malignos. Estos amuletos no solo protegían sino que también ejercían una influencia negativa, apotropaica, y atraían la buena suerte y propiciaban el amor, la salud, el trabajo y el éxito, con las mismas propiedades y funciones que los amuletos actuales
En la Baja Época, los amuletos proliferaron, exagerados por la oleada de una clase de magia cada vez mas popular e ingenua, en realidad cada vez mas alejada de sus raíces. Se llegó a la común utilización de pelos de vaca, de cabra, así como sustancias mas o menos apetitosas para fabricar talismanes. La gran Diosa de la Magia fue Isis, y su instrumento principal el sistro, una especie de sonajero con el que aparece en esta figura de Abidos.