sábado, 30 de diciembre de 2017

LA CABALLERÍA ESPIRITUAL Y LOS CENTROS SAGRADOS (II)

La Futuwah pretendía ser un instrumento de educación y de iniciación espiritual; en el plano temporal y en el espiritual, era un medio de movilizar a los diferentes medios sociales hacia los valores espirituales del Islam. El Califa Al Nasir quiso extender la iniciación más allá de los límites de su Imperio iniciando al soberano Saldyukid de Anatolia, Kayka ́us. A petición de Al Nasir su último descendiente Kayqubad también fue iniciado por Suhrawardi. Este linaje caballeresco y aristocrático de Futuwah sobrevivió durante algún tiempo en Egipto bajo los Mamelucos para acabar desapareciendo.

La tradición de la caballería espiritual la volvemos a encontrar en uno de los cuerpos de infantería de monjes-soldados más conocidos del mundo árabe, los jenízaros. Organizados en una época en la que en toda Europa prevalecía el reclutamiento feudal. La creación de este cuerpo se debe al Sultán otomano Murat I (1359-1389), aunque la figura espiritual que la inspiró fue el santo Haxi Bektach Veli; volvemos a encontrar aquí los colores blanco y rojo utilizados por el temple y los assacis, utilizaban el vestido blanco y un bonete rojo; ser jenízaro exigía la obediencia absoluta a las órdenes de los jefes y oficiales; unión perfecta entre todos los miembros del cuerpo; aceptación alegre de una vida sencilla y adusta, entrenamiento militar; acatamiento de las normas de la orden religiosa de los "bektachís". 

Además no podían casarse, gastar barba, vivir fuera de sus cuarteles, ejercer ningún oficio, beber vino ni practicar juegos de azar. Según Ahmet Cevat Bey practicaban un misticismo encendido: " Somos creyentes, ofrecemos nuestra vida por esta creencia, estamos embriagados de toda la eternidad, ofrecemos nuestra vida por esta creencia, estamos embriagados en la luz divina, formamos, en este mundo, una legión siempre en éxtasis ante la grandeza de Dios". Si repasamos el capitulo IV "De la Excelencia de la Nueva Milicia" de San Bernardo titulado "De la vida que tienen los caballeros templarios", vemos,las grandes semejanzas, aunque en este caso el Temple es anterior a la,creación de los jenízaros, dice: " Se va y se viene al primer signo de la,voluntad del que manda, se viste de lo que se da y no se osa buscar en otra,parte ni el vestido ni el alimento, sin mujeres y sin hijos,...moran todos,juntos en una misma casa, sin propiedad alguna particular...Una palabra insolente, una acción inútil, una risa inmoderada..., no quedan jamás sin,castigo. El juego de ajedrez y de los dados se detesta aquí..."Y en él capitulo XIII "De Betania" San Bernardo enciende la fe del caballero exhortando a decir con el profeta: "El Señor es mi fuerza, mi refugio y mi libertador". Y también: " No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre, da la gloria".Pero los tiempos cambian y los jenízaros también. A lo largo del siglo XVII, los jenízaros pierden sus doctrinas originales, sus cualidades de sobriedad y obediencia, se convierten en elementos de agitación e inestabilidad social; desde la muerte de Murat IV en 1640, el cuerpo protagonizó varios motines sangrientos contra visires y sultanes.Desde 1648 a 1687, los jenízaros cometen toda clase de rebeliones y pillajes por conseguir un aumento de paga de los sultanes. En junio de 1826 el gobierno turco abolió el cuerpo de jenízaros.Si observamos con cierto detenimiento veremos ciertas concordancias entre los templarios, assacis y jenízaros:
1.- Son órdenes creadas o inspiradas por un santo o iniciado espiritual: San Bernardo, El Sheikh-al-Djebal, Suhrawardi o Haxi Bektach Veli.
2.- Cierta similitud en sus doctrinas. 
3.- La utilización de los colores blanco y rojo en sus hábitos o mantos. 
4.- Son los "Guardianes de Tierra Santa".


Estos guardianes y caballeros de Oriente defienden la "Tierra de los Santos", "Tierra Santa" (el centro supremo) en tres lugares que podríamos definir como "Centros Sagrados" de la Tradición, como son: el Cairo, Jerusalén y Constantinopla (actual Estambul). Nosotros creemos que estos lugares albergaban lo que René Guenón denominaba como "centros subordinados" Y posiblemente podamos entrever el misterio del origen del Temple si lo analizamos desde este punto de vista. Tal vez en esta dirección podamos entender que hacían en 1118 nueve caballeros en Tierra Santa alojados en el palacio real de Balduino II, dentro del antiguo recinto ocupado por las ruinas y restos del templo de Salomón denominado Haram al-Sherif. Al mismo tiempo parecen estar investidos de una autoridad espiritual y temporal que hace que el mismo Balduino II les ceda su palacio y se marche a residir a un nuevo alcázar que ha mandado construir. La única actividad que realizaron durante sus primeros nueve años fue orar y meditar. Nada se sabe de otras actividades durante ese tiempo. Visto de una forma más tradicional podemos decir que aquí fueron iniciados, consagrados e investidos de sus funciones. Diversos centros sagrados están repartidos por el mundo, teniendo una constitución análoga son la imagen del "Centro Supremo", aunque se adaptan y mimetizan a los tiempos y lugares donde opera la Tradición. El acceso a estos centros sagrados está prohibido al mundo profano y a todos aquellos que no poseen calificaciones de orden iniciático, los "guardianes" son la corteza exterior y los defensores de estos centros. La función particular de la Orden del Temple en su núcleo iniciático fue la de recibir, conservar y transmitir el "sagrado depósito" de la ciudad de Jerusalén.Posiblemente se preveía que este centro sagrado fuese profanado por los "infieles" y el Temple tenía como principal misión protegerlo y trasladarlo a un lugar seguro de Europa. Retomamos las palabras de San Bernardo en su "Elogio a la Nueva Milicia". Dice: " Cumplirá esta profecía de Jeremías: El señor ha rescatado a su pueblo y le ha librado; y ellos vendrán y se regocijarán sobre la montaña de Sión y gozarán con placer de los bienes del Señor. (...). Levántate, repito, y sube sobre las más altas eminencias y mira el consuelo y la alegría que te viene de la parte de tu Dios. Del lugar santo ha sido enviado este auxilio, y verdaderamente por medio de estas tropas fieles se cumple en tu favor esta antigua promesa, de que habló el profeta Isaías: Estableceré en ti la gloria de todos los siglos pasados y una alegría que durará en las generaciones futuras." (Nueva Milicia, III, 6). La importancia de estos centros sagrados de Oriente Medio esta reflejada en los viajes de diversos iniciados y santos a lo largo de la Edad Media hacia estas ciudades. Pondremos como ejemplo el caso del maestro murciano Ibn Arabí (Murcia 1165, m. Damasco 1240), conocido como "el más grande de los maestros" y referencia clave en la historia del sufismo (tasawwuf). En 1201 emprende un viaje a través de todo el arco sur mediterráneo hacia Oriente Medio que lo llevara hasta El Cairo, Jerusalén y Damasco. También Ibn Arabí formula la existencia de unos "pilares" sagrados de los cuales parten diferentes vías tradicionales; en su obra "Las iluminaciones" expone: "A cada Pilar (watad) corresponde un ángulo de la Casa: el que depende de Adán corresponde al ángulo sirio; el que depende de Abraham corresponde al ángulo iraquí; el que depende de Jesús corresponde al ángulo yemení y, aquel que depende de Muhammad, al ángulo de la Piedra negra; éste es el mío -alabado sea Dios". De todo lo que acabamo de exponer se desprende que existe una tradición espiritual e iniciática que se ha ido conservando y transmitiendo a lo largode los siglos, y esta no ha desaparecido nunca, y en la medida que busquemos como caballeros con humildad y pureza de corazón, así hallaremos. El signo de la búsqueda es siempre confuso e incierto, a veces nos parecemos a las mujeres que se dirigieron de madrugada al sepulcro y no encontraron el cuerpo de Jesús, y sí a dos hombres que se les aparecieron, con vestidos resplandecientes, y les dijeron: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que esta vivo ?" (Lucas 24,5).
Queda reflejado que debemos continuar ese aprendizaje y transmitir todo lo que deba ser transmitido sin tener que alejarnos lo más mínimo de la FE que cada uno en su espíritu lleva en su camino individual.
POR ESO LA IMPORTANCIA DE JERUSALÉN ES TAN PRESENTE PARA EL TEMPLARIO COMO PARA EL MUSULMAN DE ENTONCES , HOY SE DEBE PERPETUAR EL AMOR HACIA LOS LUGARAES SANTOS POR ENCIMA DE LAS CREENCIAS QUE NOS DISTANCIAN , YA QUE LO FUNDAMENTAL ESTÁ DENTRO DE EL SER DE CADA CREYENTE .
NADA PARA MÍ SEÑOR.