jueves, 28 de diciembre de 2017

EL CAÑON MEDIEVAL

Cañón es la denominación de cualquier pieza de artillería que usa pólvora u otro propelente basado en explosivos para disparar un proyectil. Los cañones varían en calibre, alcance, movilidad, cadencia de tiro, ángulo de disparo y potencia de fuego; los distintos tipos de cañón combinan y equilibran esos atributos en distintos grados, dependiendo del uso que se le pretende dar en el campo de batalla.

Usado por primera vez en China, el cañón se encuentra entre las primeras formas de artillería de pólvora, y con el tiempo reemplazó a las armas de asedio, entre otras formas de armamento antiguo, en el campo de batalla.
El primer cañón de mano apareció durante la Batalla de Ain Yalut de 1260 entre los mamelucos y los mongoles en Oriente Medio. El primer cañón en Europa fue usado probablemente en la Península Ibérica, durante la Reconquista, en el siglo XIII, y el cañón inglés fue desplegado por primera vez enla Guerra de los Cien Años, en la Batalla de Crécy, en 1346.
Fue durante este período, la Edad Media, cuando el cañón se convirtió en estándar y más efectivo en las funciones de arma contra infantería y de asedio. Después de la Edad Media los cañones más grandes fueron abandonados en favor de un mayor número de piezas más ligeras y maniobrables.

Además, se desarrollaron nuevas tecnologías y tácticas que convirtieron la mayoría de las defensas en obsoletas; esto llevó a la construcción de las trazas italianas, fuertes específicamente diseñados para resistir el bombardeo de artillería y las tácticas de asedio asociadas.
Aunque estos fuertes junto con las Torres Martello se volvieron obsoletos cuando aparecieron los proyectiles explosivos y perforantes de blindaje que hicieron que incluso estas fortificaciones se volvieran vulnerables.
El cañón también transformó la guerra naval a principios de la Edad Moderna, cuando las armadas europeas aprovecharon su poder de fuego. Cuando el cañón rayado pasó a ser algo común, la precisión del cañón mejoró significativamente y se hizo más mortífero que nunca, especialmente para la infantería.